
El Tribunal Supremo ha respondido recientemente a esta pregunta en una sentencia en sentido negativo. En concreto señala que el consentimiento de la persona en cuyo favor se fija como condena una prohibición de acercamiento no es idóneo para sustentar una atenuante analógica.
En esta sentencia se analiza el siguiente supuesto; en marzo de 2015 se condena a un hombre como autor de un delito continuado de amenazas en el ámbito de violencia de género a la pena, entre otras, de prohibición de aproximarse durante 16 meses a una distancia inferior a 500 metros de quien había sido su pareja sentimental.
Pues bien, a pesar de existir esta condena el acusado en diciembre de ese mismo año (es decir, sin transcurrir los 16 meses) se encontraba alojado, en compañía de su pareja, la mujer a quien tenía prohibido aproximarse, en un hotel donde fue detenido.
Por ello fue condenado por un delito de quebrantamiento de condena que dio lugar al recurso objeto de la sentencia referida.
En ese recurso el condenado por el quebrantamiento de condena entendía que existía un consentimiento de la que había sido su pareja, a quien tenía prohibido acercarse, por lo que entendía que debía aplicarse una atenuante de acuerdo a criterios de las audiencias provinciales de Vizcaya o Sevilla y así rebajar la pena.
El Tribunal Supremo recuerda en la sentencia que resuelve el recurso que su jurisprudencia indica que “el consentimiento de la mujer no excluye la punibilidad a efectos del artículo 468.2 del Código Penal (delito de quebrantamiento de condena)”, y además señala que no se puede aplicar ese consentimiento para atenuar la pena, aunque considera que si puede ser un factor a tomar en cuenta a la hora de individualizar la pena.